viernes, 12 de octubre de 2007

Morboso San Valentín

La historia que voy a contar es TOTALMENTE REAL. Somos una pareja joven, yo 25 y ella 22, y vivimos en una isla española. A mi me encanta el sexo, pero mi novia es mucho mas recatada, le gusta, sí, pero no fantasea tanto, no toma la iniciativa….

Hace un par de años, empecé a sentir atracción por la idea de hacer un trío, hacerlo con alguien viéndonos… no se, algo para dar vida a una monótona vida sexual, pero jamás tuve esperanzas en ello pues, cuando se lo comentaba a ella, no le hacía gracia pues tenía miedo, y casi de daba un poco de asco.

Cuando se acercaba San Valentín, pensé en dar una sorpresa a mi novia y pensé ir a un hotel de la costa malagueña, donde el sol y el calor ya abundan en el mes de febrero. A ambos nos gusta hacer nudismo en verano, y por ello busqué a conciencia un hotel cercano a alguna playa nudista pues si hacía buen tiempo, quizá algún chapuzón nos podríamos dar.

Cuando le conté el plan a mi novia, se quedó encantada, le fascinaba la idea, y así lo hicimos.

El día 14 a medio día ya estábamos en el hotel, llegamos a la habitación y nos instalamos. Lo primero que hicimos fue almorzar, pues teníamos mucha hambre. Bajamos al restaurante y nuestra sorpresa fue mayúscula cuando nos encontramos allí a unos antiguos amigos de la infancia que, al igual que nosotros, escogieron aquel hotel para pasar san Valentín. Ellos tenían parecida edad a la nuestra, el 24 y ella 21. Comimos juntos, charlamos de nuestras cosas, nos reímos…

Después de comer, decidimos acercarnos a la playa, pues hacía un sol de justicia y la temperatura debía estar en torno a 25 grados, así que nos pusimos los bañadores, las chanclas y fuimos a la playa. En realidad, yo no estaba muy de acuerdo en que vinieran nuestros amigos, pues aquella playa era nudista y la elegí a conciencia para despelotarnos, y resulta que ya no podríamos practicar el nudismo con nuestros amigos allí, era demasiado para nosotros.

Llegamos a la orilla, estiramos nuestras toallas y nos dispusimos a echar una partidita a las cartas. Jugando y jugando mis amigos se dieron cuenta de que aquella playa era nudista, pues pasaba gente sin nada de ropa y empezamos a hablar de nudismo, top-less… nos contaron que ellos no han hecho nunca nudismo y que la idea no les atraía demasiado, aunque reconocieron que era bastante morboso.

Marta nos contó que ella hacía top-less en playas lejanas a las de su casa y que alguna vez tomó el sol en tanga, yo empecé a ponerme como una moto. Nosotros les contamos que nosotros hacíamos nudismo en las playas habitualmente, a lo que nos preguntaron que si eso era así, porqué no lo hacíamos en esa playa y en ese momento.

Mi novia y yo nos miramos avergonzados y ellos sonrieron ¿por nosotros? Jajajajaja –se rieron-, y nos propusieron una cosa. Dado que era san Valentín, y dado que esa noche iba a ver sexo en ambas parejas, y que en ese momento estábamos en una playa nudista, podríamos hacer algo para excitar la situación y ponernos calientes de cara a la noche.

La idea era jugar a las cartas y quien perdiese debía quitarse una prenda de ropa hasta que alguna pareja quedase desnuda mientras la hora podría verla estando vestida. Tampoco teníamos demasiada ropa puesta, dos prendas por persona así que…. no se. No me hacía gracia que vieran a mi novia desnuda, pero la posibilidad de ver a aquella chica desnuda era de un 50%, y arriesgándome mucho, accedí y ello me puso muy excitado. Mi novia también accedió, lo cual me resultó bastante extraño.

La novia de mi amigo perdió dos partidas seguidas, y fue la primera en estar completamente desnuda, seguidamente él se quedó desnudo, así que, ellos estaban en pelotas y nosotros no. La situación me excitaba terriblemente y lo que ocurrió me dejó helado.

Ya habíamos terminado de jugar, ellos tomaban el sol desnudos y nosotros vestidos hablábamos con ellos de temas de trabajo. Hasta que mi novia dice “yo suelo hacer nudismo, aquí no nos conoce nadie y ellos están desnudos, así que yo me desnudaré también en solidaridad con ellos” y acto seguido se quita la parte de arriba del bikini y se baja el bañador de tanga que tenía, mostrándonos a todos sus encantos mas íntimos. Sus pechos no son operados, tiene una 95 y son unos pechos redonditos y duritos, con un pezón grandecito y una aureola oscurita perfecta alrededor. Su chochito estaba perfectamente depilado. Mi pene y el de mi amigo tomaron un tamaño gigantesco en cuestión de segundos. Ya solo yo estaba vestido, así que también me desnudé, no tenía otro remedio. Estuvimos allí hasta media tarde, hasta que el fresco nos mandó de nuevo al hotel.

Por la noche, bajamos a cenar a una cena de gala organizada por el hotel, un banquete por todo lo alto. Las chicas estaban preciosas, con sus trajes de noche, escotados al máximo, (a mi novia prácticamente se le veían los pezones) y Marta con un vestido de minifalda que… Después de la cena vinieron las copas y… ya se sabe.

De madrugada nos subimos a la habitación, ambas en la 9º planta, y nos juntamos en nuestra habitación. Allí comenzaron los juegos eróticos, comenzamos con que mi amigo y yo haríamos masajes en los pies descalzos a la mujer del otro, yo soy un fetichista máximo de los pies, así que ello me puso no a 100, me puso a 3.000. Luego empezamos con los masajes en la espalda y culos desnudos de la novia del otro, luego jugamos a que llamaríamos al servicio de habitaciones para pedir cualquier cosa, y al llegar el chico, abrirían la puerta nuestras novias completamente desnudas, comenzamos a echarnos fotos desnudos dándonos besos en la boca intercambiando las parejas… el alcohol es lo que tiene.

Todos estábamos no cachondos, mega-cachondos, era tocarnos y corrernos en el acto, y por más que yo lo pensaba, ninguno se arrancaba con la idea de intercambiar las parejas y follar hasta el amanecer. Lo plantee y no gustó la idea, entonces optamos por una idea intermedia, follaríamos cada uno con la suya, cada uno en una cama, y con la luz apagada. Así lo hicimos, la excitación era tremenda, solo de recordarlo casi me corro sin tocarme.

Estuvimos así una hora mas o menos, y al terminar, volvimos a encender la luz para charlar, hablamos unos 15 minutos, y volvimos a apagar la luz para seguir follando, pero cuando llevábamos un rato, mi novia dijo: “Marta, acompáñame al baño por favor, que tengo un problemilla, cosas de mujeres”. Encendí la luz y todos nos quedamos helados, ¿qué ocurriría ahora? Mi novia no podía tener la regla pues la acabada de pasar. Ambas fueron al baño y mi amigo y yo nos quedamos tumbados cada uno en su cama, con una copa en la mano y esperando a que regresaran.

Al cabo de cinco minutos, gritaron desde el baño que apagásemos la luz, que nos iban a dar una sorpresa, lo hicimos, volvieron a la cama y seguimos follando. Yo me quedé pensando en qué sorpresa nos querrían dar, porque no hicieron nada en ese momento y pensé que a lo mejor, la sorpresa vendría al terminar.

Cuando volvieron del baño, y completamente a oscuras, me empezó a hacer una gran mamada, ¡vaya chupada! Posteriormente y sin besarme ni decirme nada y guardando un poco la distancia, se metió mi polla en su coño y empezó a cabalgar como una loca, en la cama de al lado pasaba lo mismo pues se oían perfectamente las envestidas y gemidos de ambos. Tras cabalgar durante un buen rato, se puso a cuatro patas y empecé a metérsela primero despacio, pero luego cada vez más fuerte, y más fuerte, y ella suspiraba mientras yo tocaba su ojete e introducía mi dedo en él.

Hicimos varias posturas, y estuvimos follando al menos otra hora más, hasta que todos nos corrimos varias veces y caímos en la cama extasiados. En ese momento besé a mi novia, pero noté algo raro, algo muy raro, y en ese momento escuché en la oscuridad “cariño, no es esto lo que tanta ilusión te hacía”, me quedé petrificado, di la luz, y lo que vi no se puede explicar con palabras. ¡¡Mi amigo se había follado a mi novia, y yo me había follado a la suya!! ¡¡Y todos lo sabían menos yo!!

Aquello fue una experiencia que jamás olvidaré, y nos gustó tanto que aquella noche seguimos follando varias veces mas, de dos en dos, con nuestras parejas, cambiando las parejas, tríos y otro mirando, pareja follando y otra mirando, todas las combinaciones posibles. Mi amigo se follaba a mi novia mientras ella gritaba de placer y yo le tapaba la boca con mi polla para que me la comiera mientras la novia de mi amigo chupaba las tetas de mi novia… y se nos hizo de día en aquella habitación, el sol del amanecer entró en aquella habitación y todos caímos rendidos en la cama.

Dormimos durante todo el día, y por la noche nos despedimos y cada pareja se marchó por donde vino, prometiendo que aquello había que repetirlo algún día. Mi novia y yo tenemos una vida sexual mucho mas rica, y solemos hacer tríos con chicos, con chicas, con parejas… y todo nos va mucho mejor que antes.

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